Le pedi limosnas a Dios, para poder comprar una nueva vida,
le rogué tanto a Alá para que aliviara mi castigo,
mis rodillas están fracturadas y mi fe colgando de una soga.
Le lloré a Lusbel cuando se rio de mi justo en mi cara,
me dijo que la luz que despiden mis ojos solo daña a quien intenta observarla.
Sonrió cuando una lagrima de mi ojo se desprendió y fue cuando yo también reí.
Le dije que mi luz era la luz que el negó, y del cuello me tomó,
y ahí empezó la batalla,
mientras yo me empeño a hacerme daño el se empeña en que nada me lastime.
Volé hasta el cielo a donde El no puede regresar
y tomé la espada de Arturo.
Y solo así pude terminar con mi vida, con su vida.
Pero como el no tenia vida y entregue la mia
ahora él tiene mi luz yo su oscuridad.
El angel de luz volvió a su estado natural
mientras que yo:
el humano de luz volvió a su estado natural.
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