Ya no quiero correr...
Apresurarme a unos brazos vacíos, para solo sentir la satisfacción de una melodia.
Ya no quiero correr a un deseo inferior de caricias,
caricias sin sentido, como estas palabras.
El beso es bueno, apasionado, el dolor es satisfactorio y el deseo errante...
Ya no quiero recordar esas miradas llenas de lujuria, ojos de buey esperando encontrar lo que no les ha sido otorgado.
...y ya no quiero ser cuerpo, revolcado por olas grises y llenas de historia
Quiero desvanecerme en un espasmo de gloria en un instante de dolor, en la muerte de una sirena y vivir en la memoria de un colibrí.
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