miércoles, 5 de septiembre de 2012

Ojos verdes

Entonces no eran ojos físicos los que buscaba.
Eran ojos del alma.
Lo comprendí luego de ese beso, de esos que son llaves a otros mundos,
esos mundos donde se ve el alma,
donde vi su alma y sus ojos verdes.

Y ahí estuve por ese instante, en un paraíso...
Recordar esa imagen para siempre no podré,
ni clavarla en las paredes de mi cerebro,
pero el sentimiento quedó gravado en mi alma.

Ese vista previa del paraíso, esa verdad infinita del realismo...

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