Sin besos, sin abrazos, de su vientre soy pedazos;
cosidos con hilos de sangre, con una bella herencia de ADN.
Nació para dar vida y para darnos vida al mes siguiente de su nacimiento y al siguiente y al siguiente.
A veces siento que me mira con ojos asustados, buscando a su niño de cabellos dorados.
Y ahí va sin prisa adornando la brisa, y el universo explota cuando escucha su risa.
Cuando peinaba el cabello de mis hermanas el amor se escurría entre sus dedos convirtiendose en hilos.
Hilos de plata cobijando dos corazones de raton, transformandolos en corazones de leon.
Nació y fue hija, hermana, mujer, amante. Se convirtió en madre; pedazos del vientre de mi abuela.
Amor secreto, amor sin nombre donde solo queda fluir y entre sonrisas y bromas nos queremos, formamos parte de esa familia.
Feliz Cumpleaños Mamá, rosa bendita, bomba inestable
beso invisible, sonrisa abrasadora.
Feliz cumpleaños humilde silencio, palabra de concreto.
lunes, 27 de mayo de 2013
sábado, 11 de mayo de 2013
Entre la lluvia y un ruiseñor
Entre el estruendo del ayer y el silencio del ahora, camino dando vueltas en mi casa mientras escucho caer la lluvia; las pocas horas que marca el reloj, descenso de mis fuerzas, extravío de verdades.
Olvidé sentir sinceridad, olvidé vivir con mi moral, y recordando he quedado paralitico de sentimientos; un susurro de ruiseñor intenta avivar mi pecho, hacer nido en mi corazón pero el árbol esta más que hueco, sin raíces, sin perdón.
Era bueno cuando reía de celos, era bueno y lloraba de espanto al no reconocerme, ahora veo a mis dedos traslucidos, largos y retorcidos, sin más ansias de escribir verdades, me siento en la acera de mi casa esperando por más lluvia y los truenos anuncian su llegada, cuando cae, mi cabello chorrea como chocolate, mas no logro sentir las gotas golpearme, y el frío que siento en mi cuerpo es el mismo que me rodea cuando estoy en mi cama.
Soñé que moría y que intentaban quemar mi cuerpo, que por más ardiente que estuviera el fuego mi cuerpo no se quemaba, soñé que revivía y que las llamas se apagaban.
Frío, no solo un estado de temperatura, sino un estado del corazón cuando el alma ha escapado de su infierno personal, el cuerpo, sumergido en mis pensamientos oxidé toda esperanza, diluí cada trozo de fe que mi alma abrigaba, se escabulló entre poros.
Infierno, cada sentimiento ajeno a la fuente universal, que consume mi cuerpo, lo enferma y encadena.
Olvidé sentir sinceridad, olvidé vivir con mi moral, y recordando he quedado paralitico de sentimientos; un susurro de ruiseñor intenta avivar mi pecho, hacer nido en mi corazón pero el árbol esta más que hueco, sin raíces, sin perdón.
Era bueno cuando reía de celos, era bueno y lloraba de espanto al no reconocerme, ahora veo a mis dedos traslucidos, largos y retorcidos, sin más ansias de escribir verdades, me siento en la acera de mi casa esperando por más lluvia y los truenos anuncian su llegada, cuando cae, mi cabello chorrea como chocolate, mas no logro sentir las gotas golpearme, y el frío que siento en mi cuerpo es el mismo que me rodea cuando estoy en mi cama.
Soñé que moría y que intentaban quemar mi cuerpo, que por más ardiente que estuviera el fuego mi cuerpo no se quemaba, soñé que revivía y que las llamas se apagaban.
Frío, no solo un estado de temperatura, sino un estado del corazón cuando el alma ha escapado de su infierno personal, el cuerpo, sumergido en mis pensamientos oxidé toda esperanza, diluí cada trozo de fe que mi alma abrigaba, se escabulló entre poros.
Infierno, cada sentimiento ajeno a la fuente universal, que consume mi cuerpo, lo enferma y encadena.
domingo, 17 de febrero de 2013
Azul.
Entró con una apariencia solitaria,
sin advertir a los comensales de su presencia,
sus ojos reflejaban un vacío,
melancolía de una tierra lejana: montañas a lo lejos, suelos verde lima, un cielo azul con elegantes nubes, ahí danzaba su alma, dejandose mecer por el viento que silva dulces tonadas, a veces volviendose una con el todo, descansando al unisono.
Así entró, hizo fila y ordenó un croissant de soja.
Así me enamoré, porque mi alma, desde la orilla del mar, donde las olas son mansas y a lo lejos riskos imponentes detienen el paso de los fuertes vientos del este, pudo sentir su presencia.
Y mis ojos brillaron, dos mundos se encontraron, mi alma queria salir a traves de mis ojos, deslumbrando.
Fue la unica en notar al otro pues su alma yacía perdida, vagando en esa hermosa tierra media, virgen, bailando, reposando, sin las ataduras de un cuerpo mundano.
sin advertir a los comensales de su presencia,
sus ojos reflejaban un vacío,
melancolía de una tierra lejana: montañas a lo lejos, suelos verde lima, un cielo azul con elegantes nubes, ahí danzaba su alma, dejandose mecer por el viento que silva dulces tonadas, a veces volviendose una con el todo, descansando al unisono.
Así entró, hizo fila y ordenó un croissant de soja.
Así me enamoré, porque mi alma, desde la orilla del mar, donde las olas son mansas y a lo lejos riskos imponentes detienen el paso de los fuertes vientos del este, pudo sentir su presencia.
Y mis ojos brillaron, dos mundos se encontraron, mi alma queria salir a traves de mis ojos, deslumbrando.
Fue la unica en notar al otro pues su alma yacía perdida, vagando en esa hermosa tierra media, virgen, bailando, reposando, sin las ataduras de un cuerpo mundano.
jueves, 3 de enero de 2013
Agria nada.
Cuando te di mi corazón, lo tomaste, pero no para llevarlo a tu corazón sino a tu boca
cada palabra que me decias era una mordida, todo mi interior se estremecia cayendo enamorado.
Recuerdo cada susurro de un “te amo” como simple aire vacío, y ahora es difícil para mi dejarte ir porque tragé cada palabra como un placebo, llenas de mentira.
Me enamoré de la dulce nada, me dabas la dulzura de la nada, todo mi amor se fue arrastrando en arena, y ahora hay un vacío donde debería ir mi corazón.
Puse mi fe en algo que no conocía, y me cansé de esperar sin nada de esperanza.
Aprendí que no era suficiente que me dijeras “te amo” porque las palabras son simple aire, cuando tus actos no son actos.
Y cuando me fui, no pediste que me quedara, cuando me fui tambien te fuiste, y todas las noches, los besos, las risas y los pasos que juntos dimos ahora son nada…
Solo me queda el saberme “nunca amado”, solo me queda un “telo dije” de mi alma a mi mente, que el amor no existe hasta que se lucha por cultivarlo, cuando se lucha por permanecer en el sitio donde el otro cultiva sus racimos de neuronas, si no fue así nunca me amaste…
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